04/16/2025
Home / Tinta Amarga  / Hasta siempre, Maestro

Hasta siempre, Maestro

Escribir esto duele. Gracias a Mario Vargas Llosa me convertí en lector y, de manera especial, en su lector. Sus obras marcaron mi vida, llegando incluso a modelar algunas de las decisiones que tomé después, como

Escribir esto duele.

Gracias a Mario Vargas Llosa me convertí en lector y, de manera especial, en su lector. Sus obras marcaron mi vida, llegando incluso a modelar algunas de las decisiones que tomé después, como empezar a estudiar Literatura y luego Periodismo.

 

 

El primer libro que leí fue La tía Julia y el escribidor, que mi madre me compró de un puesto de libros piratas en el centro de Piura. Luego descubrí La ciudad y los perros, en medio de un viaje febril por el desierto costeño (como el que hace Ricardo, Richi, entre Chiclayo y Lima casi al inicio del libro). Y así podría continuar. Cada lectura de sus obras me lleva a un momento de mi vida en que descubrí con fascinación que este genio de las letras podía siempre sorprenderme más.

 

 

Fue un guía, un maestro. Incluso en sus contradicciones, siempre me pareció honesto y coherente con sus convicciones del momento. Mario me enseñó que podemos –debemos– ser críticos incluso con lo que admiramos.

 

 

No pude nunca entrevistarlo, pero tuve una oportunidad de estar cerca de él y hacerle una foto que aquí comparto. Quise aprovechar el momento para decirle tal vez todo lo que ahora escribo. Sin embargo, como dice Calamaro, “me aplastó ver al gigante”. Solo atiné a llamarlo tímidamente: “Don Mario…”, mientras él salía escoltado por varias personas de un evento en Miraflores. Volteó, le alcancé mi ejemplar de Conversación en La Catedral sin poder articular nada y amablemente lo firmó. Luego siguió su camino.

 

 

Me quedo con esa imagen suya alejándose por el Parque Salazar. Hasta siempre y gracias por todo, Maestro.

prensa@revistamood.com

Review overview
NO COMMENTS

POST A COMMENT